CONCENTRACIÓN Y 6 JUEGOS TEATRALES PARA ENTRENARLA

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La concentración es una competencia clave que mide la capacidad de mantener la atención enfocada en una tarea específica durante un período prolongado de tiempo.

Actualmente ,con la cantidad de distractores existentes, es una competencia clave de difícil acceso pese a su importancia para realizar tareas que requieren una atención constante, como la resolución de problemas, la toma de decisiones y la creatividad.

Y desde La Miranda Teatro queremos darte algunas dinámicas y juegos que pueden ayudar a entrenarla.

6 juegos teatrales para trabajar la concentración

Existen muchos juegos teatrales que se pueden utilizar para trabajar la concentración. Aquí hay doce juegos teatrales que se pueden utilizar para mejorar esta habilidad:

El museo de cera.

El Museo de Cera es un juego teatral por turnos que potencia la concentración visual, la memoria a corto plazo y la observación precisa de detalles. En esta dinámica, un grupo actúa como figuras inmóviles de un museo mientras el otro las observa en silencio, como si recorriera una exposición real. Al finalizar la visita, cada persona debe explicar o describir alguna de las figuras con el mayor nivel de detalle posible.

El juego puede utilizarse tanto en contextos teatrales (trabajo corporal y escénico) como educativos (entrenamiento de la atención y el lenguaje descriptivo).

Material necesario:

  • Espacio amplio donde las «figuras» puedan colocarse en posiciones diversas.

  • Cronómetro o reloj para controlar los turnos.

Cómo se juega:

  1. Se divide el grupo en dos mitades:

    • Un grupo será la exposición de figuras de cera.

    • El otro grupo serán los visitantes del museo.

  2. Las figuras deben adoptar una posición inmóvil y expresiva, como si representaran a personajes históricos, animales, oficios o escenas simbólicas.

  3. Durante unos 5 minutos, los visitantes recorren el museo en completo silencio, observando los detalles de cada figura: postura, expresión, orientación, estilo…

  4. Finalizada la visita, los visitantes deben, uno por uno, describir con precisión alguna de las figuras que han visto, sin repetir las ya descritas.

  5. Se cambian los roles y se repite la dinámica con el segundo grupo.

Variaciones del juego:

  • Añadir una categoría temática para las figuras (por ejemplo: personajes del cine, profesiones, emociones, animales mitológicos).

  • Realizar una versión avanzada donde las figuras puedan moverse levemente si no se les mira directamente (modo “figuras encantadas”).

  • Incorporar música suave de fondo para aumentar la atmósfera de museo.

Competencias que se entrenan:

  • Atención y concentración sostenida.

  • Observación visual detallada.

  • Memoria a corto y medio plazo.

  • Descripción oral y precisión comunicativa.

  • Expresión corporal estática y control muscular (en el rol de figura).

  • Gestión del silencio y la escucha.

Contextos de uso recomendados:

  • Talleres de teatro o expresión corporal.

  • Dinámicas en clase de lengua, plástica o historia.

  • Actividades de animación o campamentos educativos.

  • Sesiones de entrenamiento en soft skills como la atención, el lenguaje y la percepción visual.

  • Programas de estimulación cognitiva o mindfulness.

Consejo escénico o formativo:
Al finalizar ambos turnos, puede hacerse una reflexión grupal:

  • ¿Qué detalles se olvidaron más fácilmente?

  • ¿Qué fue más difícil: mantener la inmovilidad o recordar con precisión?

  • ¿Qué aprendemos sobre cómo percibimos y comunicamos lo que vemos?

Espejito, espejito mágico.

Espejito, Espejito Mágico es un juego en parejas que entrena la concentración, la escucha no verbal y la presencia compartida. Dos personas se colocan frente a frente y comienzan a moverse al mismo tiempo, imitando al otro como si fueran su reflejo en un espejo. Lo interesante es que no hay un líder fijo: el rol de guía puede pasar de uno a otro de forma fluida, sin aviso, creando un diálogo corporal continuo y sutil.

Este ejercicio es excelente para desarrollar empatía escénica, pero también puede aplicarse fuera del contexto teatral como dinámica de conexión, atención plena o entrenamiento corporal.

Material necesario:

  • Solo un espacio amplio para que las parejas se enfrenten con libertad de movimiento.

Cómo se juega:

  1. Forma parejas y colócalas cara a cara, a una distancia cómoda.

  2. Invita a ambos participantes a empezar a moverse lentamente, como si uno fuera el reflejo del otro.

  3. La clave es que ninguno diga quién lidera o quién imita: el movimiento debe surgir de una escucha atenta del cuerpo del otro.

  4. A lo largo del ejercicio, los roles de guía y seguidor pueden intercambiarse espontáneamente, sin interrupciones.

  5. El objetivo no es “hacerlo bien”, sino permanecer conectados sin romper la sincronía.

Variaciones del ejercicio:

  • Realizarlo con música suave o en completo silencio.

  • Explorar diferentes velocidades, niveles (de pie, en cuclillas, sentados) o partes del cuerpo (solo manos, solo rostro).

  • Incorporar una historia emocional silenciosa a través del movimiento (por ejemplo, alegría, duda, miedo, juego).

Competencias que se entrenan:

  • Concentración sostenida y compartida.

  • Escucha no verbal y sincronización corporal.

  • Empatía y coordinación sin jerarquía.

  • Presencia escénica y fluidez expresiva.

  • Atención al detalle y gestión de la ambigüedad.

Contextos de uso recomendados:

  • Entrenamientos actorales o de danza contemporánea.

  • Actividades escolares para fomentar la atención plena.

  • Dinámicas de confianza en equipos educativos o laborales.

  • Talleres de comunicación no verbal o desarrollo personal.

  • Espacios terapéuticos con foco en vínculo corporal o expresividad.

Consejo escénico o pedagógico:
Una vez finalizado, es interesante invitar a reflexionar en grupo:

  • ¿Cómo se siente compartir el liderazgo sin hablar?

  • ¿Qué ha costado más: guiar o dejarse guiar sin saberlo?

  • ¿Cómo afecta esto a la confianza y al control?

El 20 que no llega.

El 20 que No Llega es un juego colectivo de escucha y atención plena que pone a prueba la concentración grupal, el respeto al turno y la intuición colectiva. El grupo tiene un objetivo simple pero retador: contar del 1 al 20 sin establecer turnos, sin mirar y sin hablar más allá de los números. Si dos personas dicen un número al mismo tiempo, se vuelve a empezar desde el principio. Suena fácil, pero llegar al 20 se convierte en un auténtico reto de sincronía silenciosa.

Ideal para entrenar la presencia grupal, el control del impulso y la toma de decisiones sin liderazgo explícito, este juego es tan potente en una sala de teatro como en un aula o un taller de habilidades blandas.

Material necesario:

  • Ninguno. Solo un espacio donde el grupo pueda colocarse en círculo o disperso y estar en silencio.

Cómo se juega:

  1. El grupo se sitúa en círculo o en el espacio, en silencio y sin un orden preestablecido.

  2. El objetivo es que el grupo cuente en voz alta del 1 al 20, una persona cada vez.

  3. No está permitido establecer turnos, miradas significativas ni gestos para pactar.

  4. Si dos personas dicen un número al mismo tiempo, se reinicia desde el 1.

  5. El ejercicio termina cuando se consigue llegar al número 20 sin interrupciones.

Variaciones del ejercicio:

  • Cambiar el número final (por ejemplo: llegar al 10, al 30, etc.).

  • Hacerlo con los ojos cerrados para añadir dificultad.

  • Añadir una segunda ronda donde se repite el proceso, pero en vez de números se dicen palabras de una historia (crear una mini narración colectiva).

  • Jugar en otros idiomas para practicar vocabulario y ritmo en clase de lenguas.

Competencias que se entrenan:

  • Concentración grupal y atención compartida.

  • Gestión del impulso y espera activa.

  • Escucha profunda y sincronización.

  • Cohesión grupal y pensamiento colectivo.

  • Toma de decisiones intuitiva.

Contextos de uso recomendados:

  • Teatro, danza y artes escénicas (como calentamiento o práctica de escucha de elenco).

  • Aulas escolares o universitarias para fomentar el trabajo en equipo.

  • Talleres de liderazgo horizontal y toma de decisiones colectivas.

  • Actividades de integración y confianza para nuevos grupos.

  • Dinámicas de coaching, mindfulness o soft skills.

Consejo escénico o pedagógico:
Este juego genera frustración al principio, pero justo ahí está su valor. Aprovecha el momento para reflexionar:

  • ¿Qué pasa cuando queremos controlar?

  • ¿Quién decide cuándo hablar si nadie manda?

  • ¿Cómo cambia el grupo cuando se conecta realmente?

El Cordón Umbilical

El cordón umbilical es un juego teatral en parejas que trabaja intensamente la concentración, la presencia escénica y la escucha corporal del otro. Dos personas se conectan mediante una vara colocada entre sus abdomenes —como si de un cordón invisible se tratase— y deben desplazarse sin que esta caiga, manteniendo una conexión constante y sutil.

Materiales necesarios:

  • Una vara de madera de aproximadamente 50 cm (puede servir también un palo de escoba cortado).

  • Alternativa: palillos de comida china, lápices largos o incluso una rama recta delgada.

Cómo se juega:

  1. Forma parejas entre los participantes.

  2. Coloca la vara de madera entre los abdomenes de ambos integrantes, de modo que el contacto se mantenga solo por la presión corporal, sin usar las manos.

  3. Una vez conectados, deberán empezar a moverse por el espacio, manteniendo el equilibrio y la conexión sin que la vara se caiga.

  4. El objetivo no es llegar a ningún sitio específico, sino mantener la atención mutua constante.

Variaciones del juego:

  • En lugar del abdomen, la vara puede colocarse entre:

    • las palmas de las manos,

    • los dedos índices,

    • las frentes o

    • los hombros.

  • Se puede complicar el ejercicio agregando obstáculos suaves, música o indicaciones escénicas (“desplázate como si estuvieras en la luna”, “camina en cámara lenta”, “huye de un incendio invisible”).

Competencias que se entrenan:

  • Concentración plena y sostenida.

  • Escucha activa y no verbal.

  • Coordinación corporal.

  • Trabajo en equipo.

  • Control del cuerpo y del impulso.

  • Presencia escénica.

Aplicaciones y contexto de uso:
Este juego es ideal para:

  • Calentamientos escénicos en teatro, danza o circo.

  • Dinámicas grupales en escuelas o talleres de expresión corporal.

  • Formación en soft skills, especialmente en trabajo colaborativo y gestión de la atención.

  • Actividades de integración en equipos de trabajo o dinámicas de coaching.

Consejo escénico:
Cuando se logra una conexión fluida, se puede invitar a las parejas a improvisar una pequeña escena mientras se mantienen unidos por el cordón. Esto lleva el ejercicio a un nivel más alto de concentración y creatividad.

Volver al Centro

Volver al Centro es un ejercicio de atención plena en pareja que favorece la concentración, la regulación emocional y la conexión cuerpo-mente. A través de la respiración abdominal y el contacto físico respetuoso, se recupera la forma natural de respirar que teníamos de bebés, cuando aún no existía el estrés ni la desconexión corporal.

Este ejercicio no requiere conocimientos teatrales y es igual de útil en contextos educativos, terapéuticos, de desarrollo personal o de formación de equipos.

Materiales necesarios:

  • Una colchoneta, esterilla o manta para estar cómodamente en el suelo (opcional).

  • Un espacio tranquilo y sin interrupciones.

Cómo se realiza:

  1. Se forman parejas. Una persona se tumba en el suelo boca arriba, con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies apoyadas. Cierra los ojos.

  2. Su compañer@ se sienta a su lado y coloca una mano suavemente sobre el abdomen de la persona tumbada, sin presionar.

  3. Durante unos minutos, simplemente se observa y acompaña la respiración.

  4. Se invita a recuperar una respiración profunda, lenta, abdominal, como la de un bebé.

  5. Si surgen pensamientos o distracciones, se devuelven con suavidad a la respiración.

  6. Pasado un tiempo (3 a 5 minutos), se intercambian los roles.

Variaciones:

  • Se puede guiar con música suave o sonidos naturales.

  • Incluir una pequeña visualización (como imaginar que se hincha un globo en el vientre al inspirar).

  • Puede realizarse en silencio o con una guía verbal por parte de quien acompaña.

Competencias que entrena:

  • Concentración plena y sostenida.

  • Autoconciencia corporal y emocional.

  • Regulación del estrés y la ansiedad.

  • Empatía, presencia y cuidado mutuo.

  • Preparación para el trabajo escénico o cualquier actividad que requiera foco.

Contextos de uso recomendados:

  • Talleres de teatro, voz o danza (como preparación y calentamiento).

  • Aulas escolares o espacios de educación emocional.

  • Espacios terapéuticos o de mindfulness.

  • Dinámicas de coaching y trabajo en equipo.

  • Actividades de autocuidado, relajación o reconexión personal.

Consejo complementario:
Al finalizar, es muy útil proponer una breve conversación o lluvia de sensaciones. ¿Cómo ha cambiado la respiración? ¿Ha costado volver al centro? ¿Qué ha sentido cada persona en su rol?

Noche Vampírica – El Silencio que Escucha

Noche Vampírica es un juego teatral y sensorial que se desarrolla en la oscuridad o con los ojos cerrados. La premisa es simple pero poderosa: moverse sin ver, en silencio, en un espacio compartido con “vampiros” ocultos. Esta dinámica no solo activa la concentración extrema, sino que también entrena la atención a los estímulos sutiles, la intuición corporal y la gestión del miedo y la incertidumbre lúdica.

Ideal para grupos que ya tienen cierta confianza entre sí, este ejercicio provoca adrenalina, presencia plena y una escucha no verbal muy aguda.

Material necesario:

  • Espacio amplio y seguro para moverse.

  • Luz apagada o antifaces para simular oscuridad.

  • Silencio absoluto durante el juego.

Cómo se juega:

  1. Todos los participantes se dispersan por el espacio con los ojos cerrados o en completa oscuridad.

  2. El facilitador elige en secreto a una persona que será el/la primer/a vampiro/a.

  3. Las personas caminan lentamente y en silencio por el espacio, evitando hablar.

  4. Cuando dos personas se encuentran, una de ellas (o ambas) puede decir “”.

    • Si alguien que no es vampiro oye “Sí”, debe responder “No”. Automáticamente, se convierte también en vampiro.

    • Si dos vampiros se encuentran y ambos dicen “Sí”, dejan de ser vampiros.

  5. El juego continúa mientras el grupo se transforma. El objetivo no es ganar, sino mantener el foco, afinar los sentidos y estar presentes.

Competencias que se entrenan:

  • Concentración bajo presión.

  • Escucha activa y no verbal.

  • Atención a los detalles sensoriales (pasos, respiraciones, presencia del otro).

  • Gestión del cuerpo en el espacio sin la vista.

  • Trabajo en equipo silencioso y dinámico.

  • Toma de decisiones rápidas desde la intuición.

Variaciones:

  • Realizarlo con música ambiental muy suave para aumentar la tensión o el misterio.

  • Incorporar “zonas seguras” en el espacio que solo pueden usarse una vez.

  • Cambiar la palabra clave (“Sí”) por otra que se relacione con la narrativa del grupo (ej. «luz», «sombra»).

Contextos de uso recomendados:

  • Talleres de teatro físico, improvisación o expresión sensorial.

  • Dinámicas de grupo para generar cohesión y escucha mutua.

  • Actividades en aulas que trabajen habilidades emocionales o atención plena.

  • Espacios formativos sobre el miedo, el cuerpo y la confianza.

  • Juegos de animación con un trasfondo de entrenamiento de soft skills.

Consejo escénico o educativo:
Al terminar, es muy recomendable abrir un pequeño círculo de reflexión. ¿Cómo han gestionado no ver? ¿Qué han sentido al convertirse en vampiro o al dejar de serlo? ¿Qué se entrenó más: el oído, el equilibrio, el pensamiento?

Ojos que me Miran

Ojos que me Miran es un ejercicio en pareja que consiste simplemente en mirar al otro en silencio, sin hablar, sin moverse, sin hacer gestos. Puede parecer simple, pero genera una poderosa sensación de conexión y requiere una concentración plena. A través de la mirada sostenida, afloran emociones, empatía y un estado de presencia absoluta.

Este juego es ideal para entrenar la atención, la presencia escénica, la inteligencia emocional y para construir vínculos profundos entre personas. Funciona tanto en talleres de teatro como en dinámicas de aula, mindfulness o formación emocional.

Material necesario:

  • Solo un espacio tranquilo. Puede hacerse sentado o de pie.

Cómo se juega:

  1. Forma parejas y colócalas frente a frente, a poca distancia, con una postura cómoda y relajada.

  2. Se invita a las personas a mirarse a los ojos en silencio durante un tiempo determinado (entre 1 y 3 minutos para comenzar).

  3. No se puede hablar, ni reír, ni desviar la mirada.

  4. El objetivo no es aguantar, sino estar presente con la mirada, leer las emociones del otro, observar sin juzgar.

  5. Al finalizar, puede ofrecerse un espacio breve para compartir lo sentido o simplemente cambiar de pareja.

Variaciones del ejercicio:

  • Prolongar el tiempo poco a poco.

  • Hacerlo con diferentes músicas de fondo para observar cómo influye en la emoción.

  • Invertir el ejercicio: mirar solo un ojo, luego cambiar.

  • Realizar una segunda ronda con una consigna emocional previa: “mira como si la otra persona fuera alguien que echas de menos”, o “como si fuera la primera vez que ves a alguien”.

Competencias que se entrenan:

  • Concentración plena y sostenida.

  • Empatía e inteligencia emocional.

  • Presencia escénica y escucha no verbal.

  • Regulación emocional ante el silencio y la intimidad.

  • Vínculo interpersonal profundo y respetuoso.

Contextos de uso recomendados:

  • Talleres de teatro, actuación y presencia escénica.

  • Actividades de educación emocional o tutoría grupal.

  • Dinámicas de equipo o resolución de conflictos.

  • Terapias grupales o sesiones de mindfulness.

  • Retiros, encuentros o procesos de reconexión con uno mismo y los demás.

Consejo escénico o pedagógico:
Este ejercicio, aunque sencillo, puede remover emociones intensas. Es recomendable cerrar con una breve reflexión libre o escrita, preguntando:

  • ¿Qué vi en el otro?

  • ¿Qué vi en mí mientras era mirado/a?

  • ¿Cuánto silencio puedo sostener sin sentirme incómodo?

 

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