Cómo motivar a tu alumnado

Aprendizaje + Emoción = Motivación

Durante mis estudios en química cursé tres veces la asignatura de cálculo.  Es cierto que el cálculo nunca fue mi fuerte, pero no era mal estudiante.  Me ponía a trabajar y al final lo sacaba. Pero en aquella ocasión se sumaba un factor muy importante: La emoción. 

Aquellas clases me parecían aburridísimas.

Un docente aburrido, hablando de cosas totalmente abstractas sin funcionalidad alguna.

Al menos es lo que pensaba en ese momento.

La desmotivación se palpaba en el ambiente y mi autoestima y la de algunos de algunos de mis compañeros derivaban integralmente.

Pero en el tercer año el temario era el mismo pero el docente no. Aquel catedrático en cálculo migró a otra carrera y en su lugar pusieron a Eva, una joven doctora en cálculo que cambió el paradigma. Aquellos problemas abstractos pasaron a ser concretos. Y no solo concretos, pasaron a ser emocionantes.

“ Vosotros sois químicos y como químicos tendréis que hacer muestreos. Imaginaos con vuestro equipo de trabajo en mitad del océano Atlántico. en ese punto sin retorno donde el helicóptero ya no llega. Habéis empezado una inmersión de muestreo y vuestro compañero favorito está en el interior del rastreador submarino para coger unas muestras de sedimentos.

Pero de repente algo no ha ido bien, el rastreador ha tenido un accidente y ha descendido mas de lo esperado atascándose entre un valle subacuático en medio de la oscuridad y la comunicación se ha cortado.

¿Sabéis si la presión ha destruido el submarino?

¿Sabéis cuánto tiempo puede aguantar ese submarino antes de ser destruido por el peso del océano?

¿Tenemos tiempo o esperaremos a que llegue un equipo de salvamento para sacar , ya sin vida, a vuestro compañero?

¿Queréis saber para que puede servir el cálculo? pues para esto puede servir el cálculo “.

El silencio se hizo en la clase, pero a diferencia de los silencios en los años anteriores, este era un silencio contenido, emocionante.

“ Quiero que me halléis la presión que está soportando el submarino y sabremos si ha sido destruido por el peso del agua.

Quiero saber si tenemos tiempo para poder bajar y sacarlo de ahí.

Quiero saber que margen de error podemos aceptar, si durante el salvamento algo falla y  cae  X metros mas.

Tenéis diez minutos, mas allá de ese tiempo ya dará lo mismo, esperareis a salvamento marítimo para sacar su cuerpo”.

La sensación como estudiante respecto a esa asignatura dió un giro de 180 grados.

Ya no era un ejercicio de clase, abstracto y sin razón aparente en la vida.

Era un reto.

Es más, era un reto a vida o muerte.

Decenas de estudiantes trabajando  para hallar la solución.

Decenas de manos sudadas intentando resolver un problema y ese sudor no era por una nota o el aplauso de un profesor. Era por nuestro mejor amigo de carrera, el que estaba sentado a nuestro lado intentando resolver el mismo problema pensando en mí. Y si no lo resolvíamos, el moría.

El éxito de resolverlo o el fracaso de no hacerlo generaba una sensación en el ambiente indescriptible.

“Ya no queda tiempo, ¿Qué vamos a hacer?”.

Mi compañero me miró con los ojos llorosos y me dijo con voz entrecortada : No he podido salvarte.

Otros compañeros de clase se abrazaban como si de verdad hubieran bajado hasta las profundidades del océano para empujar a su amigo de nuevo a la vida.

Una experiencia religiosa. Una experiencia religiosa a través del cálculo.

Increíble.

Pero la experiencia fue a través de la emoción.

Ella creó un juego , una historia donde nosotros éramos los protagonistas. Ya no éramos estudiantes recibiendo pasivamente una lección.

Ella nos vinculo emocionalmente con un problema  “real” y la herramienta para solucionarlo era el cálculo.

Una asignatura abstracta para resolver un problema concreto y teatralizado.

¿Y cómo afectó esa forma de dar las clases?

Clases llenas.

Clases abarrotadas.

Clases con estudiantes que odiaban el cálculo transformados en  motivados amantes de las integrales.

Y todo gracias a la emoción.

Porque así es como afecta la emoción en la educación, dando como resultado la motivación.

(Nota: Este post fue escrito allá por julio de 2019, sin embargo el hackeo de la web implicó su desaparición, pero un hallazgo fortuito nos ha permitido recuperar algunos de las decenas de entradas perdidas, espero que las disfrutéis).

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